Las instituciones políticas en la época romana del principado

El cambio de la república al principado no significó un cambio teórico sino más bien práctico. En este período se produce la centralización en la práctica del poder político en una sola persona. Esto lo consiguió Augusto gracias a hábiles maniobras.

En el año 23 a.C Augusto dimitió del consulado, pero al dimitir este retuvo para si el imperio y justo a este el mando del ejército. Se asegura de que esté vigente una ley por la que se le repita la prorroga del imperium de forma continua. Este hecho hace que el cargo de príncipe se convierte en una cargo vitalicio. Por otra parte, antes de retirarse, Augusto le concede a su heredero forzoso, Tiberio, el imperium proconsular. Este integraba dos tipos de poderes, en primer lugar el mando sobre el ejército y en segundo lugar la autoridad sobre los magistrados y por tanto la autoridad sobre las provincias de nombramiento senatorial.

Dentro de Roma Augusto también aseguró su supremacía con la investidura de la Tribunicia Potestas. Implicaba los deberes y derechos del tribuno de la plebe, que era inviolable, sacrosanto y además podía presentar proyectos de ley ante la asamblea de la plebe. Con el paso del tiempo Augusto se lo tribuyó a Tiberio y desde entonces fue una potestad normal en los emperadores.

Los comicios no desaparecieron, no fueron abolidos pero pronto dejaron de funcionar porque la legislación popular fue reemplazándose por la legislación senatorial. El senado no desapareció aunque estaba abogado a su desaparición ya que los poderes fueron pasando gradualmente al emperador. Los senatus consulta empezaron a ser meramente propuestas del emperador que el senado aceptaba sin más.

Por otra parte los cónsules y los pretores, descendieron al plano de funcionarios básicos y por tanto se encargaban básicamente de la administración.

Las antiguas magistraturas fueron perdiendo influencia y nació lo que se llamaba la burocracia imperial. Una serie de funcionarios trabajaban en palacio, sin influencia en cuanto a poder. Esta burocracia respondía solamente ante el príncipe. Otro aspecto importante es que aparece el fiscus caesaris, que era un tipo de caja pública que solamente controla el príncipe y que solamente era para los gastos del príncipe, por tanto no se contaba con la opinión del senado ni de los comicios, en resumen del pueblo para invertir ese dinero público. El antiguo tesoro público, el Aerarium, que era la parte que si debía justificarse, pasa a un segundo plano y por tanto pierde también relevancia.